Pasan los días y es entonces cuando van aflorando a la memoria los recuerdos del Camino. Te preguntan cómo te fue e intentas contestar; vas recordando las vivencias de aquellos días
Quien haya hecho el Camino sabe lo que es ese "mundo" que forman los hombres y mujeres que recorren los distintos itinerarios que llevan a Santiago. Resulta, a veces, difícil explicar convenientemente la experiencia.
Cada peregrino, cada caminante lleva en sus adentros un Camino diferente. Hay tantos Caminos como peregrinos. Y aún más cada vez que un peregrino repite la experiencia vive un nuevo Camino.
Son las vivencias, las miradas que cada uno lance a las tierras y las gentes que las habitan que me inclino a pensar que son inmensas las sensaciones que van quedando en la memoria.
Calles dormidas, envueltas en la niebla matinal. Pueblos fantasmales en los que a penas se vislumbra la figura erguida de la torre parroquial. Ocasión para imaginar historias presentes y pasadas.
Mientras caminas encerrado en tu interior tienes conciencia de realidades que antes no creías que existieran, mas allá de los libros.
Meterse de lleno en el Camino, recorrer paso a paso los senderos. Descubrir la vida de los otros, compartir....
¡No me preguntes!
No se explicártelo de otra manera.
Para mí el Camino es una oportunidad para disfrutar y darme de cara con la historia, la cultura, el mundo, las gentes....