Después de un largo trayecto desde Ceuta, llegamos a Rabat.
Tras pasar el río que separa esta ciudad de su vecina Sale bajamos del autobús para contemplar la interesante kasbah.
En el interior del recinto- fortaleza llaman la atención del viajero detalles tales como los referentes a las puertas de las viviendas, las estrechas callejuelas o los mil recovecos que formas las mismas.
El color azul domina por todas partes. En esta imagen podemos ver la curiosa aldaba de una puerta.
Una tiendecilla, dentro del recinto, pone una pincelada colorista.
Los únicos huecos al exterior en esta casas son las puertas que presentan un aspecto llamativo.
1 comentario:
muy chulo ,jajajjaaj, que bien sienta la jubilación ,jajajaja.
Publicar un comentario