viernes, 26 de julio de 2013

CAMINO PRIMITIVO.- ( X )

Amaneció una vez más con niebla. Desde Fonsagrada a O Cádaco- Baleira son unos veinticinco kilómetros, según algunas guías y treinta y uno según otras; a eso hay que restarle los tres kilómetros desde Fonsagrada a Padrón donde dormí la pasada noche.


Caminando durante bastantes kilómetros por espesos bosques llegué hasta Paradavella. Poco antes de esta localidad se encuentra bar en medio del camino. Es uno de esos sitios que nunca pasarán al olvido. Después del primer largo trecho recorrido, encontrar un lugar en el que tomar algo y descansar es reconfortante. En el bar una amable señora atiende a los peregrinos, sella la credencial y responde a nuestras preguntas.


Todos hablan de la infernal subida a Lastras. En el bar, la señora nos comenta que están recomendando subir por carretera porque el piso por el Camino está húmedo y resbaloso. Hago caso a la indicación y subo por el arcén de la carretera.


 
Son las doce y media de la mañana cuando estoy sentado en Fontaneira tomando una cerveza. Salí del albergue de Padrón sobre las siete de la mañana por lo que llevo hasta ahora unas cuatro horas y pico. Se ha abierto el día y ya no hay niebla.
 



La etapa sin ser dura tiene su dificultad por lo que el avance no es tan ligero como podría esperarse. El Camino no es una competición, es para disfrutarlo, aunque a veces el temor a encontrar el albergue completo haga que los peregrinos salgan muy temprano y aceleren el paso para terminar pronto la etapa.

 
Al final del día encuentro una  bajada hasta O Cádavo que machaca mis rodillas. El albergue está bien y no tengo problema para encontrar mi deseada litera baja.
Por la tarde ttuve tiempo para pensar al día siguiente iba a parar en Castroverde o iría directamente hasta Lugo.

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