Finalmente decidí partir la etapa hasta Lugo. Hice una pequeña etapa hasta Castroverde, alrededor de nueve kilómetros y dejé para el día siguiente los veinte que me separaban de Lugo.
En poco más de una hora llegué a Vilavade pudiendo contemplar su preciosa iglesia.
El camino es fácil; pequeñas subidas y bajadas con buen piso - en ocasiones pistas asfaltadas.
Este día pude ir a un ritmo de unos cinco kilómetros a la hora lo que hasta ahora la dureza del perfil había hecho imposible.
A la entrada de Castroverde se encuentra un moderno albergue que, según me comentaron, entró en funcionamiento el año pasado.
Era domingo, a pesar de lo cual había cierto ambiente en el pueblo. No era un domingo cualquiera, se trataba de un domingo de "feira"
Cada quince días se celebra un mercado en Castroverde en las afueras del pueblo. Junto a mi amigo peregrino, con el que he compartido estos días, fui a ver la feria tratando de encontrar un lugar en el que probar el pulpo gallego.
El "pulpeiro" no para de preparar la suculenta ración que será consumida sentado en una mesa junto a la feria. En las casetas hemos visto como se venden diversos productos de alimentación, herramientas, etc.
También se celebra una subasta de ganado; hoy había sólo unas cuantas vacas.
La torre del homenaje es testigo de la existencia, en otros tiempos, del castillo de Altamira.
Hoy me alegro der haberme parado en Castroverde. He podido degustar el suculento pulpo y conocer una "feira" que me ha hecho pensar en cómo sería la vida por estas tierras en épocas pasadas.
1 comentario:
Magníficas fotografías. Acompaño a estas imágenes con la música del Ave Maria de Schubert, interpretada por mí a la guitarra. http://www.youtube.com/watch?v=W9bhgQmfqFA
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