lunes, 26 de julio de 2010


CARRERAS POPULARES


El próximo mes de Septiembre comenzará la nueva temporada de Carreras Populares.

Ya es hora de iniciar la preparación para las mismas.

En Septiembre es obligada la cita con la Nocturna del Guadalquivir; además, como en años anteriores, podemos participar en la Vuelta Pedestre a Morón, la Nocturna de La Algaba, la Carrera por la Movilidad de La Rinconada, etc.

Desde el Club Deportivo "Ni pa tras" damos la bienvenida a todo aquel corredor o corredora que quiera participar en alguna de las muchas carreras de la temporada.

Así mismo comenzaremos las rutas de senderismo. Para este curso voy a proponer variadas salidas por la Sierra Norte sevillana. Ya iré confeccionando un calendario orientativo.

Un saludo

domingo, 25 de julio de 2010


























Dejé atrás Salamanca después de tomar un café en el albergue; no me fue nada difícil dar con la salida. Contrariamente a lo que suele ser usual en otras capitales, en el caso de Salamanca no hay dificultad para seguir la dirección correcta. SE sigue una larga avenida y se continua por la carretera que lleva a Zamora hasta pasar la plaza de toros y el estadio de El Helmático.





Aldeaseca de Armuña es el primer pueblo que encuentras a tan solo unos seis kilómetros. Más adelante entras en Castellanos de Villequera; aquí,por fin, encontré un bar abierto en el que tomar algo de desayuno.





Quedan cuatro kilómetros hasta Calzada de Valdunciel. Esos cuatro kilómetro finales los hice a un ritmo fuerte, casi a seis kilómetros a la hora; pero fue algo que no buscaba sino que salió así. Volví a encontrarme a los alemanes estando ya en el albergue.





Mi idea este año, como ya he comentado al principio era llegar hasta Zamora, pero por la tarde no me encontraba demasiado bien; molestias en el estómago y cansancio además de lo que me esperaba el día siguiente - veinte kilómetros sin ningún sitio intermedio donde descansar, con un sol abrasador - me llevaron a pensar en abandonar el Camino; si lo hice a la mañana siguiente tomé el autobús de vuelta a Salamanca y de allí a mi casa.





He de decir que me siento contento con la decisión que tomé.
Que duda cabe que me hubiese hecho ilusión terminar en Zamora, pero yo creo que
el Camino nunca debe tomarse con filosofía y disfrutar de él.

sábado, 24 de julio de 2010
















Salamanca II.-















Salamanca




















Hasta Salamanca restan unos 25 kilómetros. He de pasar por dos pueblos, Morille, a cuatro kilómetros y medio desde la salida, Miranda de Azán distante diez kilómetros del anterior y, en nueve kilómetros largos estaré en Salamanca.





La etapa discurre por tierras cerealísticas. Grandes llanuras sin apenas una sombra en la que cobijarse, siguiendo caminos de concentración parcelaria.





Para no perderse es preciso mantener la vista en un cerro al que se ha de subir y una vez allí poder contemplar la primera vista de la ciudad castellana. Llegado al cerro se hace un tanto pesada la llegada definitiva a Salamanca; parece que está más cerca nuestra meta pero todavía está lejos el corazón de la urbe.





A la derecha se tiene la visión de la torre de control del aeropuerto y a nuestra izquierda discurre la autovía que hemos pasado por un paso subterráneo; llega a un parque rodeado de nuevas urbanizaciones y después de un buen rato te encuentras cerca del puente romano sobre el río Tormes. Pasa el puente y te adentras en el casco histórico salmantino.El albergue, un buen albergue, bien atendido, está a pocos metros de la catedral, junto al Huerto de Calixto y Melibea.





En Salamanca vuelvo a tener pena de no poder detenerme más para admirar todos los tesoros artísticos que guarda, aunque me doy un buen pateo por la tarde y recorro casi toda la zona monumental desde la Plaza Mayor, la Catedral, la Universidad o la Casa de las Conchas.

viernes, 23 de julio de 2010
















Salgo como cada día sobre las siete de la mañana. Desayuno bien, en el albergue me ofrecen tostadas con mantequilla y mermelada y café. Todo por tan sólo un donativo.





Esta etapa es de las más largas que voy a hacer, son algo más de veintinueve kilómetros y medio.El perfil de la etapa también es quebrado, de forma que hay que alcanzar el pico más alto de toda la Vía de la Plata, el pico de Dueñas.





En principìo la señalización es buena, aunque se echan en falta los cubos con azulejos amarillos y verde que forman parte de las señales que en Extremadura indican por donde discurre el Camino de Santiago y por donde va la antigua calzada romana.





Después de algo más de hora y media empiezo a perder de vista las flechas amarillas, debo de haberme pasado alguna o quizás aquella que medio borrosa ví debería haberla seguido.





Lo cierto es que ando y ando y estoy perdido; a lo lejos veo un coche y un señor que se sube en él, acelero el paso para preguntarle antes de que se vaya. El hombre me indica que he de subir hasta los molinos (generadores eólicos). Sigo la marcha pero sigo perdido.





Después de un buen rato vagando por aquellos caminos, entre fincas valladas, me encuentro con un par de ciclistas, respiro hondo. Buen por buen camino.





Al rato vuelvo a encontrar las flechas, ahora me queda la ascensión al pico de Dueñas. El agua se me va terminando y el calor empieza a apretar, la subida se he hace interminable.





Después de un rato empieza la bajada, una bajada sin complicaciones, que me lleva hasta una carretera que he de tomar.





Detrás de mí veo acercarse un caballista, le pido un poco de agua y a duras penas me ofrece un buche. En ese momento pasa un coche, el caballista lo para y le pregunta cuanto queda para Morille, yo le pregunto donde me pueden dar agua, pues sabía por las guía que en una finca antes de llegar a San Pedro de Rozados solían dar agua a lo peregrinos.





Después unos dos kilómetros llego a una finca , Calzadilla de los Mendigos; es una finca de reses bravas, de la ganadería de Montalvo .





Hay allí un muchacho vestido con un mono azul, me acerco y le pido agua; amablemente me dice que le siga y saca un bidón de agua fresca del que bebo toda la que quiero e incluso lleno una botella. Fue mi salvación.





Me indicó el chaval que un poco más adelante había un gran encina a cuya sombra podía descansar y así lo hice aunque la impaciencia me llevó a proseguir el camino en unos minutos.





La alegría fue mayor cuando al lado de la carretera divisé un letrero que indicaba la distancia hasta el albergue: dos kilómetros. Eran más de las tres y media de la tarde, pero pensar que ya sólo me quedaba una media hora para concluir la etapa me dio alas.





Por fin llegué hasta San Pedro de Rozados,busqué un lugar donde tomar algo y luego me dirigía la albergue. Un albergue pequeñito en el que de momento sol estaba yo, después llegó una pareja alemana. La hospitalera es una muchacha muy agradable. San Pedro de Rozados no tiene nada importante que ver así que por la tarde volví al bar, me senté allí y esperé la hora de la cena. Cené bien aunque por estos lugares se come mucha carne.

jueves, 22 de julio de 2010











Calzada de Béjar - Fuenterroble de Salvatierra (20,3 Kms)




A nueve kilómetros de Calzada de Béjar se llega a Valverde de Valdelacasa y sólo tres kilómetros y medio más allá encontramos Valdelacasa. La cosa parece sencilla y aparentemente no presenta de los dos edificios religiosos.dificultad, más si tenemos en cuenta que a Valdelacasa se llega por una estrecha carretera muy poco transitada. Pero no os quiero decir lo que cuesta hacer los tres kilómetros y medio desde Valverde de Valdelacasa; son tres kilómetros en constante subida que se hacen eternos; los ciclistas van casi parados y los que nos atrevemos a hacerlos a pie tenemos que ir haciendo paradas intermitentes para no asfixiarnos.




En Fuenterroble de Salvatierra encontramos un albergue al más puro estilo peregrino. Es una casa en la que no faltan referentes al sentido religioso de la peregrinación y detalles variados sobre el Camino.




Al llegar a Fuenterroble nos recibe una pequeña ermita, en el centro del pueblo; la ermita del stmo. Cristo del Socorro y , curiosamente, la iglesia está enclavada a las afueras de la población. Este hecho me llamó mucho la atención, no encuentro explicación a esta ubicación




Poco más puede ver en Fuenterroble, si destacar que a pocos metros del albergue hay un bar-restaurante donde se puede comer bien.















Imágenes del Camino. - Hoy voy ofreceros algunas imágenes en las que podréis ver paisajes que pude contemplar en la Vía de la Plata

miércoles, 21 de julio de 2010











Veintidós kilómetros me separan de la primera de las poblaciones de Salamanca que voy a tener como fín de etapa. Calzada de Béjar es un pueblo de apenas unos cincuenta habitantes. Afronto la etapacon alegría. Llego a Baños de Montemayor y desayuno.




Ahora tengo que subir el puerto de Béjar. Por una empinada calzada romana reconstruida; desde lo más alto se contempla una vista extraordinaria. Quizás pòr el encanto de subir por una calzada romana y por la maravillosa vista que veo no se me hace demasiado cansada la subida.




Después de la subida unos cuatro kilómetros de bajada por la Cañada Real Zamorana; buen piso y sombra.




Después de pasar por alguna otra población viene lo más duro del día, el kilómetro y pico en subida hasta alcanzar Calzada de Béjar. Es escasa la señalización en algunos puntos.




Hoy sólo he visto " bicigrinos" ; me han pasado dos. Las vacas aparecen donde menos te lo espera, iba por la carretera y un desvío me manda tomar una estrecha senda, de pronto, frente a mí unas vacas y su vaquero. El hombre llamando una a una a sus animales por sus nombres me abre paso.




Calzada de Béjar es muy curiosa, la iglesia, el bar, el albergue y unas cuantas casas.




El albergue es de lo mejor que he visto en la Vía de la Plata y los hospitaleros son estupendos. La mujer se llama Manuela y el marido Maxi; los dos son super amables.




En definitiva que Calzada de Béjar será uno de esos lugares que no se borrará fácilmente de mi mente.

















Aldeanueva del Camino es un pueblo en el que tiene uno la sensación de que las divisiones administrativas son más arbitrarias que nunca.Administrativamente es una localidad extremeña pero tiene un aire salmantino , con sus casas de balconadas de madera.





LLama la atención un pequeño azulejo ,colocado en una parque, en homenaje a los judíos expulsados en 1492. Desde que llegué me parecía descubrir en la fisonomía de algunos de sus habitantes algo especial. Puede sabiendo que a pocos kilómetros se encuentra Hervás, pueblo incluido en la Red de Juderías españolas, intuyesen rasgos propios de ese pueblo en las gentes de Aldeanueva. Lástima que no pude ir a Hervás.





Se llega hasta Aldeanueva por carretera; el camino no es nada dificultoso. Ya en el pueblo destacan los miliarios a lo largo de la calle central y después, junto a sus casas, el puente sobre La Buitrera y las dos iglesias.





El albregue es pequeñito, no parece demasiado cuidado.





Si pasas por Aldeanueva del Camino ten cuidado con la puerta del baño, pueda darte un susto. La puerta se atranca y no hay forma de abrirla.

martes, 20 de julio de 2010











Cáparra antigua ciudad romana es mi destino en esta jornada.




Salgo de Carcaboso por un camino bien señalizado siguiendo la pared de una acequia y sin grandes dificultades voy aproximándome a mi meta.




Unos cinco kilómetros antes de Cáparra hay una finca que es un referente en el Camino. Se trata de Venta Quemada. En todas las guías habla de este lugar como de un sitio en el que los peregrinos pueden descansar y en el que gracias la generosidad de los encargados de la finca pueden tomar un poco de agua fresca.




Llego a Venta Quemada y en la puerta encuentro a una señora que se afana por mantener límpia la puerta de la casa; rodeada de hermosos ejemplares de gallos y algunas gallinas; me acerco a la señora y le pregunto si puede darme un poco de agua fresca.




La señora amablemente atiende mi petición y me ofrece un buen vaso de agua. Me comenta que en aquel poyo en el que me sentado a descansar suelen comer los peregrinos.




Hecho el reconfortador alto en el camino continuo pisando las piedras de la vieja calzada romana; hay poca sombra y la que encuentras hay que aprovecharla. Estoy impaciente por descubrir el imponente arco de Cáparra.




A lo lejos me parece verlo, ahora sí ahora no; aparece y se pierde en el horizonte, quizás no sea más que mi imaginación , hasta que de pronto se hace realidad y.. ahí está.




Si el arco me sorprende, quizás más me llama la atención su entorno, el área en la que trabajan grupos de arqueólogos bajo los rigores del sol. Visito el Centro de interpretación y uno de los operarios del mismo me ofrece ver el vídeo sobre la ciudad de Cáparra; realmente es muy bueno.




Al salir de la sala de proyecciones me espera el conductor del automóvil que me llevará hasta el Hostal Asturias donde me hospedaré esa noche. Me voy con pena, me hubiese gustado tener más tiempo para disfrutar viendo con más detalle la antigua ciudad romana.

lunes, 19 de julio de 2010







Carcaboso me espera.



Salgo dejando tras de mí la imagen imborrable de las murallas de Galisteo y encamino mi caminar hacia Carcaboso. Son pocos kilómetros, sobre unos once. He de pasar por Aldeanueva del Jerte siguiendo la carretera y al poco estaré en Carcaboso.



Es Carcaboso uno más de esos pequeños pueblitos que no debe contar con demasiados vecinos.



Encuentro el albergue sin dificultada gracias a las indicaciones de un señor mayor que encuentro a la entrada del pueblo. Hay que llamar por teléfono para que te abran si eres el primero que llegas. Al poco acudió la hospitalera con un pequeño comité de recepción, dos preciosas niñas pequeñas (debían ser la hijas de la hospitalera).



Una vez instalado , ¡ a buscar la manduca!



En un hostal a pie de carretera degusté una de las mejores comidas de este año en el Camino. También reseñar que el Bar Pacense (el de las quinielas) su dueño , el hijo de la Sra. Elena, me informa de las alternativas que tengo para la etapa de mañana. Insiste en no ir a Oliva de Plasencia y de llegar hasta Cáparra donde te puede recoger un coche del Hostal Asturias y alojarte en él.



Me parece razonable la propuesta y aunque dejo para la tarde la decisión tomo nota de la posibilidad que me oferta.



Después de la siesta que duermo plácidamente pues estoy solo en el albergue salgo a conocer los lugares más interesantes del pueblo, como la iglesia o la exposición "al aire libre" de los miliarios.Lástima que no haya mejor combinación para acercarse a Plasencia.