miércoles, 21 de julio de 2010











Veintidós kilómetros me separan de la primera de las poblaciones de Salamanca que voy a tener como fín de etapa. Calzada de Béjar es un pueblo de apenas unos cincuenta habitantes. Afronto la etapacon alegría. Llego a Baños de Montemayor y desayuno.




Ahora tengo que subir el puerto de Béjar. Por una empinada calzada romana reconstruida; desde lo más alto se contempla una vista extraordinaria. Quizás pòr el encanto de subir por una calzada romana y por la maravillosa vista que veo no se me hace demasiado cansada la subida.




Después de la subida unos cuatro kilómetros de bajada por la Cañada Real Zamorana; buen piso y sombra.




Después de pasar por alguna otra población viene lo más duro del día, el kilómetro y pico en subida hasta alcanzar Calzada de Béjar. Es escasa la señalización en algunos puntos.




Hoy sólo he visto " bicigrinos" ; me han pasado dos. Las vacas aparecen donde menos te lo espera, iba por la carretera y un desvío me manda tomar una estrecha senda, de pronto, frente a mí unas vacas y su vaquero. El hombre llamando una a una a sus animales por sus nombres me abre paso.




Calzada de Béjar es muy curiosa, la iglesia, el bar, el albergue y unas cuantas casas.




El albergue es de lo mejor que he visto en la Vía de la Plata y los hospitaleros son estupendos. La mujer se llama Manuela y el marido Maxi; los dos son super amables.




En definitiva que Calzada de Béjar será uno de esos lugares que no se borrará fácilmente de mi mente.

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